sábado, 13 de noviembre de 2010

Red Conceptual de la CONQUISTA DEL IMPERIO ROMANO

Rómulo y Remo 
Una de las leyendas más conocidas de la antigüedad romana es, sin duda, la de los gemelos Rómulo y Remo. Nos la cuenta Tito Livio en su libro sobre la historia de Roma que se titula "Ab Vrbe condita" "Desde la fundación de la ciudad".
Resulta que Eneas al huir de Troya, recibió la misión de fundar una nueva ciudad, que iba a ser como una segunda Troya. Para ello, después de sufrir multitud de vicisitudes y vencer a muchos enemigos, encontró un lugar cercano al río Tíber, en el centro de la península Itálica, y allí fundó la ciudad, a la que llamó con el nombre de su segunda esposa, Lavinia. Eneas había enviudado aquel mismo día de la destrucción de Troya por los Griegos.
El hijo de Eneas y de su primera mujer, se llamaba Iulo. Cuando se hizo mayor se marchó de la ciudad de su padre y fundó otra ciudad, Alba Longa, al sur del río Tíber.
Al cabo de los años correspondió el gobierno de la ciudad al hijo primogénito del rey Proca, que se llamaba Numitor. pero su hermano pequeño, Amulio, no sólo no lo aceptó, sino que lo cogió prisionero y se quedó solo con el reino. Mató a todos los hijos varones de Numitor, pero no a su hija, Rea Silvia.
Amulio temió que si ésta llegaba a tener descendencia, sus hijos le disputaran el trono, y por este motivo procuró que no los tuviera. El mejor medio de evitar la descendencia para una mujer era dedicarla a mantener vivo el fuego del hogar en el templo de las Vestales, que era una especie de convento. Las Vestales, que eran las sacerdotisas de la diosa Vesta, la diosa protectora del hogar, no se podían casar ni tener hijos durante treinta años, so pena de un severo castigo.
Aun así, no se sabe cómo, Rea Silvia quedó embarazada.
Más tarde trataron de explicar este sacrilegio de la chica, y para que no fuera tan grave, se difundió el rumor de que había sido el dios Marte el causante. De esta forma la descendencia de Rea Silvia tenía origen divino.
Cuando Amulio se enteró del acontecimiento, a pesar del rumor que hacía divina la estirpe de Rea Silvia, la metió en prisión, y a los gemelos que parió los quiso ahogar en las aguas del río Tíber.
Comienzan a darse en este momento una serie de casualidades:
Por casualidad entonces el río estaba crecido, y por casualidad, al bajar las aguas, los gemelos quedaron en seco. Lógicamente tenían hambre, y por casualidad una loba que iba a beber al río, les oyó llorar, y se desvió hasta llegar a ellos y les dio de mamar. Por casualidad, así los encontró el jefe de los pastores del rey, llamado Fáustulo, que se los llevó y se los entregó a su esposa Larentia para que los criara. Hay quien dice que Larentia era una prostituta a la que los pastores llamaban "la Loba".
Sea como fuere, los niños crecieron y fortalecieron su cuerpo y su mente en los trabajos y juegos de los pastores.
Estos muchachos eran Rómulo y Remo.
Fáustulo se había dado cuenta de que eran de estirpe real, porque había hecho números sobre el tiempo en que habían sido abandonados en el río los hijos de Rea Silvia.
Por fin se lo contó a Rómulo y a Remo. También Numitor, su abuelo, echó cuentas y llegó a la misma conclusión.
Al frente de un grupo de jóvenes, Rómulo y Remo, asaltaron el palacio, liberaron a Numitor, mataron al rey y pusieron a su abuelo en el trono.


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